Opinión
COLUMNA DE OPINION

Conflicto municipal: cambio de escenario, cambio de tiempos

Por Federico Muñoz

Por Federico Muñoz

El fracaso de la mediación judicial que habilitó el juezFrancisco Marinkovich para tratar de encontrar una solución al conflictomunicipal que afecta a la capital santacruceña cierra un ciclo caracterizadopor la inercia política y social ante diez semanas de conflicto y abre un nuevociclo que tendrá otra dinámica, y que estará regido por el vértigo que leimprimirán los tiempos electorales.

Pareciera una casualidad, pero tal vez no lo sea, que elcronograma electoral marque los tiempos de la crisis política que afecta alMunicipio local desde hace más de 70 días. Este martes vencerá el plazo paraque la justicia electoral provincial se expida sobre los frentes electorales quese inscribieron la semana pasada, y a partir del sábado los partidos políticosya darán a conocer a sus principales candidatos para las primarias abiertas deagosto.

En agosto el electorado santacruceño acudirá a las urnaspara elegir a los candidatos nacionales y del Mercosur, pero no tendrán que elegirentre candidatos para ocupar cargos provinciales o municipales, ya que para esascategorías rige la Ley de Lemas, y se votarán directamente el 25 de octubre.

Lo significativo de los plazos electorales es que sontiempos que se miden con otra vara, generalmente la de la urgencia. En esecontexto, el conflicto municipal adquiere otra dimensión y los mismosprotagonistas otro peso específico, ya que, si no se soluciona en lo inmediato,será visto con otros ojos. A partir de ahora el conflicto municipal dejará deser un simple conflicto de provincia para convertirse en un potencial escenariocon reflejo en los medios nacionales, en los cuales hasta el momento pasódesapercibido. Después de todo, Río Gallegos sigue siendo la cuna delkirchnerismo y el intendente es un referente del Frente para la Victoria.

Sin embargo ésta última afirmación se apoya sobre terrenodudoso, ya que en los últimos tiempos si hay algo que caracterizó a la gestiónde Raúl Cantín ha sido la orfandad política, ya que ninguno de los partidos quelo llevó a la intendencia se quiere hacer cargo de su pertenencia, y pocosquieren salir en la misma foto con el jefe comunal.

Pero como decimos, los tiempos han cambiado y el propiointendente ha dado hoy una muestra de cómo manejará la tensión en los próximosdías, al señalar que de ahora en más descontará los días de paro de aquellosque sigan la huelga. Sin embargo, este endurecimiento de su posición vienedespués de haber ofrecido lo mismo que en la última paritaria de hace dossemanas, el 5% en dos cuotas, y después de 70 días de paro.

En el medio queda una ciudad sumida en el abandono y unagotamiento de la paciencia de todos los sectores, ante la falta de resoluciónde un conflicto que afecta a todos por igual. Pero el cansancio no es sólo parael estado calamitoso de la ciudad, que no viene solo de ahora, sino porque esevidente la incapacidad para generar instancias negociadoras que permitansuperar una crisis que puede ser terminal para la actual gestión. Y esosámbitos se deben generar desde el poder político.

Por un lado, la conducción gremial se encuentra encorsetadaen el mandato asambleario que deja poco margen para las opciones, ya que elgremio se plantó en el 15% de aumento sio sí, cerrando las puertas a cualquier otra alternativa, al menos hasta ahora. Porotro, un ejecutivo municipal cuyo presupuesto se destina casi exclusivamente apagar salarios, y que ha demostrado que no encontró ninguna vía para enfrentar lasuba salarial a la cual se había comprometido, aclarando que ese aumento estabaatado a una mejora de la recaudación.

Ambas posturas parecen irreconciliables, toda vez que no hayuna mejora en los ingresos comunales ni la habrá si el Municipio sigue paralizadocomo hasta ahora, situación en la que ya perdió la recaudación completa de untrimestre.

Tampoco dieron resultado las gestiones de Cantín ante elgobierno provincial de Daniel Peralta, quién lo escuchó pero le repitió lo mismode hace dos meses: la provincia no puede dar más del 26,5% que ya le dio, y quees la pauta general. Además, si asistiera a Río Gallegos con los nueve millonesextra que necesita, entonces debería prepararse para las exigencias que vendrándel resto de los Municipios santacruceños, cuyos sindicatos locales entenderíanque plata hay.

Con el cambio de los tiempos, las acciones toman otro ritmo.Ante la posibilidad que el conflicto se profundice por la amenaza dedescuentos, es probable que intervenga el Ministerio de Trabajo de la Naciónpara dictar ahora sí la conciliación obligatoria, que fue pedida hace variassemanas por la intendencia.

De hacerlo, la situación se retrotraería al día previo alinicio del conflicto, y se abriría una instancia de negociación bajo la órbitadel ministerio nacional. Esa decisión le daría tiempo a Cantín para tratar delograr algún acuerdo con los municipales. La pregunta es si podrá conseguir enalgún lado una fuente de financiamiento que le permita sostener en el tiempo elaumento comprometido. Sin financiamiento no hay aumento, tan simple como eso.

En caso contrario, si Trabajo no interviene, los tiempos seacelerarán aún más, ya que la única opción hacia adelante es el recrudecimientodel conflicto y con ello, un aumento de la tensión social y el agotamiento dela paciencia de todos los sectores. La intervención nacional le daría tiempoextra a una gestión sin recursos pero si no sucede, no le quedarán muchasopciones a un intendente que comprometió lo que no tenía.